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lunes, 23 de marzo de 2015

VILLANÚA-CENARBE-VILLANÚA

Domingo, 22 de marzo de 2015.

Pues no es esta la ruta que corresponde escribir para este día...sino otra que hemos tenido que posponer y que, si esta inestable metéo nos deja, se llevará a cabo el próximo domingo. En su lugar, como no somos animales de estar en casa, optamos por una cómoda y cultural ruta por el Valle del Aragón, partiendo desde Villanúa.

Y tal día como hoy, nublado, gris y húmedo, tan sólo dos especímenes semejantes a nuestro ser como Pol y J.M (bueno, y Yeti, pero este ya es otro tipo de especímen) son los osados que nos acompañan, otras prefieren quedarse a "sacar polvos caseros"...Sólo espero que no fallen para la siguiente!
Sin madrugar y alargando el café en Sabi para ver si se abre un poco el cielo (cosa que no pasa ni pasará), nos dirigimos hacia Villanúa y aparcamos en la carretera que se dirige al cementerio. Al rato ésta se convierte en pista que no abandonamos hasta llegar al despoblado Cenarbe.


Varias cosas llaman nuestra atención en este tramo de ruta:

*El imponente viaducto curvo de San Juan que se inauguró en 1916 y que hace que las vías del mítico "canfranero" tomen una forma helicoidal que le permita coger altura en la montaña. Y mira por donde, tenemos la suerte de ver pasar al trenecito justo cuando estamos tomando la instanténea del viaducto, cosa que no deja de ser una casualidad teniendo en cuenta lo poco que se pasea actualmente. Vaya suerte!


*La curiosa ermita de San Juan, sita justo a pie de pista y en la que entramos para tomar fotos de su interior completamente pintado con toscas y debilitadas pinturas de la vida de diversos santos. Pero sin duda alguna lo más interesante de este lugar es su historia, puesto que se conoce que aquí estuvo emplazado un poblado medieval llamado Uxuel, topónimo que finalmente acabó derivando en Izuel, y que, como consecuencia de una fuerte crisis demográfica en el siglo XIV, se convirtió en "pardina", como les pasó a muchos otros despoblados medievales de la Jacetania. Por suerte, gracias a los acuerdos llevados a cabo en a mediados del siglo XIX por los vecinos de Villanúa, Cenarbe y Castiello de Jaca, que compraron las tierras de dicha pardina, la ermita sigue conservándose a día de hoy en buen estado e incluso tiene fechada su romería el último domingo de junio (ya que se ratificó el sorteo de las tierras el día de San Juan, 24 de junio).





*Un emplazamiento privilegiado, con antiguas tierras hoy reforestadas que beben del barranco de San Juan y que tienen como telón de fondo el majestuoso Collarada y el Bacún Norte.
El conjunto de este todo, hará que en un futuro no muy lejano nos unan lazos con este singular territorio que tanto nos place...

Siguiendo con la ruta, cuando localizamos a la izquierda de la pista y en lo alto el despoblado Cenarbe, la abandonamos para subir ladera arriba a lo poco que queda del mismo, puesto que fué dinamitado en los años ochenta para evitar problemas con el ganado que se metía en el interior de las casas, por eso hoy sólo queda en pie su arruinada iglesia de San Pedro, que destaca por su ábside románico y su alta torre defensiva que no tardará en caer vista la grieta que la parte en dos. Este pueblo fué expropiado para repoblar de pinos sus tierras.


                                                                     








Desde aquí, ya por fin, tomamos el PR-2.1 que, sin dejarlo, nos pasea a media ladera de la montaña hasta llegar de nuevo a Villanúa, eso sí, desviándonos antes de finalizar la ruta hacia la derecha tan sólo unos metros para visitar el Dolmen Diez Campanas, en perfectísimo estado. Nos dicen aquí nuestros sabios acompañantes, que se cuenta que, desde este lugar, se escuchan las campanas de iglesias de diez pueblos diferentes, de ahí su nombre, aunque más bien podría ser porque antaño los lugareños lo usaran como cabaña de resguardo, dícese campanna en aragonés, algo que también explicaría el topónimo, aunque entonces la explicación distaría bastante de la anterior.

                            

Hay que ver, en tan sólo 13 kilómetros la de cosas que nos ha deparado esta ruta, con lo que a veces nos llegamos a complicar...y además sin cansarnos...sólo 500 metros de desnivel acumulado. Mira que hemos andado con la calma y disfrutado con tiempo de todas las distracciones que nos ofrecía la ruta, pero es la hora de comer y ya estamos en Villanúa...Como aquí nadie tiene prisa, en lugar de irnos a comer a casa, sacamos la lata de sardinas, los mejillones, el bispo y los dátiles y comemos en el pueblo al aire libre, disfrutando un poco más de la buena compañía pese a la humedad y al techo gris que nos ampara.
Si queréis el track, aquí.

2 comentarios:

Pirene dijo...

Ole que bien!! hace tiempo que una amiga quiere ir a Cenarbe pues se ve que su abuelo era de allí... algún día caerá.

Salud!

silvia dijo...

Está muy bien esta ruta; no solo tiene el encanto de Cenarbe, si no que sorprende con ermitas que antaño fueron poblados, con dólmenes megalíticos y hasta con un enorme viaducto más contemporáneo.